Todos los días, las células de la piel mueren, dando paso a otras nuevas en un largo y constante proceso de regeneración.
Con la exfoliación facial, las células que quedan en la parte externa son removidas con mayor facilidad. Esto permite que la piel se regenera mucho más rápido, aportando lozanía y belleza.
Este proceso de eliminación de células muertas es fundamental para el cuidado facial. La piel del rostro podrá acostumbrarse a mantener siempre su regeneración, de manera que el cutis lucirá mucho más joven y no almacenará suciedades, ni ningún agente que se adhiera a él durante el día.